lunes, 17 de noviembre de 2014

2.000 años y parece que fue ayer...

Como much@s de vosotr@s ya sabéis,


este año se cumplen 2.000 años de la muerte de un gran personaje que nos dio la Historia, esa que se escribe con mayúsculas: el 19 de Agosto del año 14 de nuestra Era, fallecía en Nola el primer y el más grande emperador romano Avgvsto (26 a.C.-14 d.C.).


Han sido y son muchas las ciudades que han organizado algún tipo de actividad (Congreso, Seminario, Curso, etc.) para conmemorar dicha fecha tan señalada, y es que no es para menos. Este emperador tuvo una difícil tarea que afrontar, tras un periodo convulso como fueron las últimas décadas de la  República, supo tomar el legado de su tío adoptivo, Julio César,  y aprovechó de la mejor manera posible el contexto. Tras el asesinato de éste en el año 44 a.C., llevó a cabo una guerra política contra su adversario Marco Antonio, aquel que traicionó a su Imperio por el deseo de una egipcia que se bañaba en leche de burra, para hacerse con el poder unipersonal del Imperio, pero eso sí, sin que se notase mucho, ya que corría el peligro de sufrir la misma suerte que su tío, y es que los romanos no querían oír hablar nada que sonase a "rey". Y fue así, tras su victoria de Accio (31 a.C.), en una aparente "falsa modestia" juró vengar el asesinato de Julio César y dar a Roma la estabilidad tan añorada durante décadas.


Aunó como nadie, estabilidad y prosperidad, tal como demuestra su Res Gestae (todo un autopanegírico) donde la modestia no es que apareciera en muchas ocasiones. Dejó constancia de todo el bien y todo el dinero "propio" que gastó para el bienestar de su pueblo y su Imperio.

Adoptó una nueva forma política: el Principado. Por medio de esta forma novedosa se convertía en el "princeps", es decir, el primero entre sus iguales, de manera que estaba en dicha posición por méritos propios y no por ser el heredero de ninguna dinastía.


Su reorganización política pasó por una renovación de las provincias/colonias romanas a nivel urbanístico, económico, administrativo, social e ideológico. Nacía así el Culto Imperial, una formula que unía política y religión a partes iguales. Una ostentación de todo lo bueno que nacía con su gobierno: paz, prosperidad económica, bienestar social y respeto a la tradición y la religión. Los lugares para llevar a cabo esta actividad eran aquellos espacios públicos más visibles: Foros y Teatros, como lugares destacados. Dichos lugares, se convirtieron en un escenario para rendir agradecimiento y respeto a la familia imperial.

Y así fue como el "princeps" fue dejando su huella en todos los rincones del Imperio. Gracias a él, hoy podemos disfrutar de lugares tan asombrosos como es el Barrio del Foro Romano del Molinete.

Gracias Princeps!!









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